Un padre no es Aladino que todo lo consigue. …Ser padres no significa ejercer de genio maravilloso dispuesto a hacer lo que sea necesario para conseguirle, al niño, cualquier cosa que necesite o, peor, se le antoje.
Si haces por tu hijo algo que él pueda hacer o conseguir por sí mismo, nos alejaríamos de una adecuada educación del esfuerzo. Y, como apuntábamos en otra edición, tu hijo no aprenderá una lección básica para su vida: saber esperar.
Es cierto que vivimos en el mundo de lo rápido e instantáneo. Pero hacerse uno a sí mismo, ser dueños de nuestras vidas, requiere de ese esfuerzo y de ese saber esperar.
Educar no es como sacar tabaco de una máquina: unas monedas, pulsar u botón y ya está.
Educar no tiene nada que ver con suplir o hacer por otro –en este caso los hijos- lo que puedan hacer ellos por sí mismos: hijos bajos en calorías que suspiran ante el más mínimo esfuerzo o la más pequeña contrariedad de la vida.
Pero, ante todo esto, recuerda también que no debes perder el equilibrio y el sentido común: dejar que un hijo se estrelle, y se haga un daño serio, tampoco es educar.
Un niño de tres años no podrá hacerse la cama pero si es capaz de tener su cuarto con cierto orden: ayúdale en esto pero no lo hagas por él.
Un chaval de 17 años no puede manejar demasiado dinero; si le das demasiado, nunca sabrá ni entenderá lo que significa el esfuerzo; pero tampoco lo tengas sin un duro.
Xavier Mandingorra: xavier@mandingorra.org]