Según datos presentados por el Ministerio de Trabajo y Asuntos SocialesEl proceso de envejecimiento de la población española no se detiene, a pesar de que la llegada de inmigrantes haya supuesto un pequeño repunte de la natalidad. Por lo menos, los datos así lo corroboran. No en vano, a mitad de siglo se espera que nuestra edad media alcance los 50 años, cinco años más que la del resto de países desarrollados (45-46). Para esa fecha también habrá más personas mayores de 65 años: en concreto, 16,3 millones, el 30% de la población.
Todo ello convertirá a España en el tercer país más envejecido del mundo, sólo por detrás de Japón e Italia. Hace dos años ocupaba el segundo lugar en las previsiones de Naciones Unidas. Pero gracias al impacto de la inmigración y a un ligero aumento del número de nacimientos, nuestro país ha logrado perder un puesto entre los más envejecidos del planeta.
Estos son los datos que presentó ayer la secretaria de Estado de Servicios Sociales, Familias y Discapacidad, Amparo Valcarce, extraídos del informe «Las personas mayores en España», que elabora cada dos años el Instituto de Mayores y Servicios Sociales (Imserso). Junto a este documento, se dieron a conocer los resultados de la encuesta «Condiciones de vida de las personas mayores» que, por primera vez, ha realizado el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS).
Los más longevos
Ambos documentos intentan calibrar la realidad de las personas mayores. Por ahora, suponen 7,3 millones de españoles, el 16,6% de la población, algunos menos (un 0,4%) que en el informe anterior de 2004. Y se vuelve a confirmar que somos los europeos más longevos. Los hombres viven 76,9 años de media, una cifra sólo superada por los suecos (77,9), y las españolas tienen la mayor esperanza de vida de todo el Viejo Continente, 83,6 años.
Además los más mayores van teniendo cada vez más peso en la sociedad. Hay 1,9 millones de personas que tienen 80 años o más (el 4,3% del total). Se trata del colectivo que más ha crecido (66%). Y 4.218 los que ya han logrado cumplir los cien años. Las previsiones apuntan que esa tendencia continuará aumentando durante las siguientes décadas. Al filo de la mitad del siglo, habrá casi 6 millones de españoles octogenarios, es decir el 11% del total, y 55.240 centenarios.
El informe realiza una seria advertencia cuando las cohortes del «baby boom» crucen el umbral de los 65. Forman un colectivo de 14 millones de españoles, los niños que nacieron entre 1957 y 1977 y que hoy suponen un tercio de la población. Cuando superen la edad de jubilación, lo que se espera para la tercera década del siglo, ejercerán «una presión importante sobre los sistemas de protección social», como pensiones, sistema sanitario… Por eso, se hace una llamada de atención a los políticos: «El aviso de estos efectos ofrece una oportunidad a los responsables de las políticas sociales para preparar el envejecimiento» de esas cohortes.
Las condiciones de vida de nuestros mayores parecen pasar el examen. Aún así, dos de cada diez sienten que necesitan alguna ayuda para realizar una o varias actividades de su vida diaria. Ese porcentaje aumenta con la edad, y a partir de los 75 años es el 35% de la población quien requiere apoyo.
Para conocer cómo se dan respuestas a esas necesidades, el Imserso también ha analizado los servicios sociales disponibles para este colectivo. Aunque la oferta ha mejorado, todavía resulta insuficiente. Según Valcarce, «la ayuda a domicilio ha crecido un 33%, la teleasistencia un 75% y los centros de día un 40%». Sin embargo, la tasa de cobertura es muy inferior. En el caso de la ayuda a domicilio cubre al 4% de la población de más de 65 años (305.801 usuarios), la teleasistencia al 3,5% (261.433) y las residencias al 4% (298.870). Lo que parece tener más éxito son los hogares y clubes para mayores, ya que más de 3,5 millones están asociados a alguno, es decir el 47% de las personas de esa edad.
Algunos servicios presentan coberturas inferiores. Por ejemplo, de las plazas en centros de día para personas dependien
