Retrasos. La falta de personal y la pandemia dejan esperas de hasta dos años en gestiones. Afectan a la dependencia, licencias, carnés de familia numerosa o procesos judiciales
El atasco de lo público que vive ahora la Comunitat Valenciana tiene poco que envidiar al monstruo etéreo e inabarcable que dibujó Franz Kafka en su novela ‘El castillo’ en torno a 1922. En ella, el protagonista se enfrentaba a un sistema burocrático inabarcable y terminaba enmarañado en los vericuetos de la administración. Conocía, durante el trayecto, a otras personas afectadas por el mismo problema, gente que sufría la lentitud de los trámites interminables.