Seis de cada diez nacimientos corresponden a madres de más de 30 años
El 61,1% de las madres que dieron a luz en España el año 2003 tenían más de 30 años. El 58% de los nacimientos corresponde a madres de 30 a 39 años; el 3,11% a mujeres de 40 o más años. Los datos revelan el progresivo retraso de la maternidad, si se tiene en cuenta que en 1990 este porcentaje era sólo del 36,7%. También aumenta el número de madres primerizas mayores de 30 años, que en 2003 representaron casi la mitad (el 49,2% del total).
En ese mismo año, el 54,30% de los recién nacidos fueron primogénitos, el 35,5% segundos hijos, el 7,8% terceros y el 2,4% cuartos hijos o posteriores. El progresivo descenso de los nacimientos de terceros hijos (en 1990 eran el 11% de los nacidos) es el factor más decisivo para que no se alcance el nivel que asegura la sustitución de generaciones (un mínimo de 2,1 hijos por mujer). Está comprobado que cuanto más tardía es la maternidad, menos hijos se tienen.
España tiene una de las tasas de fecundidad más bajas de Europa (1,29 hijos por mujer en el año 2003, frente a 1,48 de media europea). Las mujeres inmigrantes en España, que aportaron el 13,7% de los nacidos en 2004, tienen sus hijos antes que las españolas y son las principales artífices del leve aumento de la tasa de fecundidad. Pero su natalidad no bastará para asegurar el relevo generacional ni para evitar la desproporción entre un creciente porcentaje de los mayores de 65 años y la decreciente población joven. Por otra parte, como advirtió en su país el Alto Consejo de la Población y la Familia de Francia, la maternidad en edades tardías plantea problemas de salud pública, al aumentar los riesgos sanitarios tanto para los niños como para la madre.