El corcho de la botella abierta por el presidente del Gobierno hace ya dos años ha volado demasiado lejos. Zapatero sorprendió entonces con el anuncio de una prestación de 2.500 euros para premiar cada nuevo nacimiento o adopción.
Para sorpresa de un país al borde de una crisis económica sin precedentes, muchas comunidades siguieron su ejemplo, aunque las alegrías del Estado del Bienestar han durado poco.
La caída de los ingresos tributarios, que el año pasado restaron 53.000 millones de euros a las arcas públicas, y el gasto galopante de los planes anticrisis, han generado un agujero financiero que podría alcanzar los 100.000 millones este ejercicio, según las previsiones de Funcas. Enmendar esta situación tiene un precio. El Gobierno flirtea con la posibilidad de retocar el denominado cheque bebé para sortear los desaires financieros. ‘No es lógico que una familia reciba lo mismo que otra con unos ingresos 20 veces mayor’, defiende ahora el Ejecutivo.
La nueva máxima no ha pasado desapercibida entre las comunidades. La primera en estrechar el círculo de beneficiarios de este tipo de ayudas ha sido la comunidad que preside Esperanza Aguirre. Desde el uno de enero la prestación autonómica de 100 euros se repartirá ‘sólo a las familias que más lo necesitan’. El propio Gobierno regional admite que el reparto indiscriminado de la paga no era ‘la forma más eficiente de gastar el dinero en un momento en que los fondos públicos hay que gestionarlos todavía de manera más responsable’.
No es el único caso. Tampoco todas las familias asturianas recibirán como hasta ahora el cheque universal de 500 euros que aprobó el presidente Vicente Álvarez Areces. El último Consejo de Gobierno regional previo a las vacaciones limitó a 45.000 euros anuales el tope de ingresos para recibir la ayuda. ‘No es lógico que en tiempos de ajustes presupuestarios demos lo mismo a una familia que gana mucho y a otra que no tiene recursos’, explican desde la Consejería de Bienestar Social.
El Gobierno también recula: ‘No se puede dar lo mismo a dos familias con distintos ingresos’
Este tipo de prestaciones directas no están presentes en todo el mapa ‘además de las citadas cuentan con ella Castilla y León y Galicia’, pero la mayoría concede ayudas similares para los nacimientos a partir del segundo o más hijos y casos de partos múltiples (ver gráfico). En paralelo, en Aragón, Galicia, Valencia o La Rioja las familias pueden deducirse en la declaración entre 150 y 300 euros por hijo.
En conjunto, la amplia gama de ayudas regionales a la natalidad engordan en 420 euros el cheque estatal, aunque su supervivencia, según admiten, está supeditada ‘al margen financiero disponible’.
Los tijeretazos ya se han colado en la Campaña de la Renta de este año. Los padres canarios ya no gozan de la deducción de 200 euros por el nacimiento del primer o segundo hijo que sí estaba presente en la anterior. Esta rebaja podía ser de hasta 700 euros, a partir del quinto descendiente.